“Una diferencia importante entre el gobierno actual y los anteriores, está representada por el proceso autocrático que fue minando las bases sustanciales de la democracia liberal en el país”, señaló el Mtro. Juan Luis Forteza Vargas, analista y profesor de la Universidad Vasco de Quiroga (UVAQ).
Al analizar la actualidad política y social en México, el Profesor de la UVAQ comentó: “Se debilitaron los órganos autónomos y se redujeron los contrapesos democráticos, también se logró una mayor concentración de poder subordinando al Poder Judicial (el caso de los acordeones en la elección de jueces, magistrados y ministros es escandaloso) y el Poder Legislativo al Poder Ejecutivo”.
Articulista en distintos medios de comunicación locales y nacionales, el Mtro. Forteza explicó que en México el diseño electoral propuesto por el actual gobierno favorece el control político del partido en el poder y cierra los caminos institucionales para lograr una competencia política auténtica.
“Desde 2018 se gobierna bajo la voluntad de una sola persona que sirve como eje funcional de movimiento que ocupa los principales espacios de poder en nuestro país”, sentenció el Docente en las carreras de Comercio Internacional, Administración Pública y otras de la UVAQ.
El docente universitario expuso que un rasgo característico del actual régimen es la centralización del poder ejecutivo, la debilidad en transparencia y rendición de cuentas, pues las bases de datos de beneficiarios de transferencias en efectivo, están plagados de opacidad.
Se han planteado distintas posiciones de cada gobierno en cuanto a la soberanía energética, que lejos de un análisis serio e inteligente, parece conducido en la actualidad por ideología. En el gobierno anterior se citaba con frecuencia a Benito Juárez, quien es considerado un estadista liberal que promovía una especie de indiferencia hacia las condiciones internas en otras naciones, en su famosa frase “El respeto al derecho ajeno…”.
Otra diferencia sustancial es que los presidentes de Morena -subrayó- son los primeros titulares del ejecutivo que pertenecen a la izquierda desde 1990, cuando nuestro país transitó a una democracia con mayores márgenes de competitividad, aunque los rasgos populistas tienen sus equivalencias en gobiernos de los años 70.
“Se han generado lealtades por medio de los nuevos programas sociales con logros muy limitados y aumentos significativos al salario mínimo, pero sin una estructura que reduzca los riesgos inflacionarios”, agregó el Profesor en la UVAQ Campus Santa María y Tres Marías.
En términos de comunicación política, se difunde todas las mañanas un ejercicio de propaganda y posicionamiento de ideas que dista de ser un mensaje de Estado o un informe de la gestión pública, más bien, “es un posicionamiento de ideas y construcción de la agenda política, rebajando la investidura presidencial a debates y críticas de empresarios, periodistas o adversarios políticos”.
Todo ello abona a una crisis de la llamada “comentocracia” que vive un momento difícil de representación e influencia, agregó Forteza Vargas.

